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La Alianza por la Protección de la Niñez lanza su Guía de Prevención de Violencia

El pasado 21 de mayo la Alianza lanzó la Guía de Prevención de Violencia contra la Niñez y la Adolescencia en El Salvador, Honduras, Guatemala y México, desarrollada con el objetivo de brindar herramientas útiles a las comunidades de fe de la subregión.


La Guía es el fruto de dos años de trabajo de las organizaciones miembros de la Alianza, e incluyo un proceso de recopilación de experiencias y buenas prácticas y de consulta con niños y niñas.



El webinar de lanzamiento fue moderado por Silvia Correa de World Vision México, coordinadora del Comité Coordinador Regional de la Alianza, y contó con la participación de más de 90 personas.


Mons. Guy Charbonneau, Obispo de Choluteca, Honduras, y representante del CELAM en la Alianza dio unas palabras de bienvenida resaltando la importancia de esta iniciativa de organizaciones y comunidades unidas en la Fe para proteger a los niños y niñas de la subregión. Tamara, Jacobo y Sharon, tres niños de México y Guatemala, hablaron de la situación de violencia en sus países, mientras que la presentación de la Guía estuvo a cargo de Silvia Mazzarelli, de Arigatou International, organización que coordinó el desarrollo de la misma.


La violencia en la subregión y su impacto en los niños, niñas y adolescentes es un fenómeno muy complejo que toca los ámbitos públicos y privados, desde el nivel individual y familiar hasta el macro social, y que se explica por una conjunción de múltiples causas y efectos interrelacionados. La Guía profundiza sobre cinco causas: (1) la exclusión socio-económica y el limitado acceso y disfrute de los derechos humanos; (2) la desintegración familiar y las situaciones de abuso y abandono de los niños y niñas en las familias; (3) la presencia del crimen organizado y la proliferación y comercio de armas y drogas; (4) la falta de gobernabilidad e institucionalidad democrática, y los altos niveles de corrupción e impunidad; y (5) la normalización social y cultural de la violencia en los ámbitos públicos y privados. Entre las consecuencia de la violencia, la Guía destaca el incremento en el número de niños y niñas de los sectores más vulnerables que deciden emigrar, y el aumento del número de los que se unen a las pandillas, o que se envuelven en la economia del narcotráfico.


Aunque los niños y jóvenes son los más afectados, se destacó que la opinión pública tiende a criminalizarlos y responsabilizarlos por la inseguridad en las comunidades, en lugar que considerarlos como víctimas de vulneraciones sistemáticas a sus derechos fundamentales.

El abordaje que la Alianza escogió para responder a esta problemática es un abordaje integral y principalmente preventivo, a través de intervenciones diseñadas e implementadas desde y con las comunidades de fe, y los niños y niñas de estas comunidasdes.


El capítulo tres de la Guía introduce el concepto de prevención de violencia y los enfoques que se toman en cuenta, incluyendo el enfoque ético y espiritual. Prevenir la violencia requiere de un trabajo multi actor y multi sectorial que involucre a todos los sectores de la sociedad, incluyendo a las comunidades de fe. El capítulo profundiza sobre el valor agregado de las comunidades de fe en la prevención de la violencia. Se destaca, en particular, que las comunidades de fe contribuyen al desarrollo integral de los niños y niñas, afirmando su dimensión espiritual, dimensión que ha sido reconocida en el artículo 27 de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño. Estudios han evidenciado que e desarrollo de la espiritualidad es un factor de protección y de resiliencia ante situaciones de adversidad o riesgo, incluidas situaciones de violencia.


La Guía propone estrategias y acciones concretas que los actores de fe pueden llevar a cabo para prevenir la violencia, en los tres niveles de prevención utilizados por la OMS para intervenciones de salud pública y adaptados para el trabajo en el campo de las ciencias sociales: prevención primaria, prevención secundaria y prevención terciaria.


Las estrategias de prevención primarias están dirigidas a promover condiciones e implementar acciones para el mejoramiento de la vida de los niños, niñas y adolescentes (y sus familias) en el ámbito social, económico, educativo, cultural, recreativo y espiritual para prevenir la violencia antes de que esta ocurra. Entre las acciones propuestas están las que buscan fortalecer las relaciones familiares y acompañar a padres, madres y cuidadores en su rol educativo de cuidado y crianza; y las acciones de salud preventiva para niños, niñas y adolescentes. En el nivel de prevención secundaria la Alianza prioriza el trabajo con tres grupos de niños y niñas: los que viven en comunidades en zonas controladas por pandillas; los que están en situación de movilidad humana; y los que cuentan con un referente adulto en situación de privación de libertad. En este nivel las estrategias están dirigidas a reducir los factores de riesgo que propician el desarrollo de conductas violentas, y a aumentar los factores de resiliencia en las comunidades afectadas por la violencia. Finalmente, en el nivel de prevención terciaria la Guía propone estrategias y acciones con el objetivo de mitigar los impactos psicosociales en los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas y/o protafonistas de un hecho violento, y minimizar el riesgo de reincidencia. Cabe destacar que la Guía hace énfasis en la importancia del desarrollo de la espiritualidad para la prevención de la violencia y el fortalecimiendo de la resiliencia en los niños y niñas, y propone acciones concretas para nutrir la espiritualidad, en cada nivel de prevención.


Puede descargar gratuitamente La Guía para la Prevención de la Violencia así como la presentación y video del lanzamiento desde la sección de descargas de nuestra página.




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